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noviembre 26, 2024Todos quienes nos encontramos en una posición gerencial o directiva, o somos cabeza de algún proyecto, desearíamos lograr el equipo perfecto: aquel que cumpliera con todos los objetivos, en el que todo fluyera con dinamismo y hacia un rumbo firme en la organización. Si bien esto pudiera parecer complejo e incluso una utopía, es alcanzable si nosotros mismos nos dedicamos a realmente sumar a cada integrante del equipo a nuestro propósito, al porqué de lo que estamos haciendo. Es decir, si nos dedicamos a inspirar, en el sentido más amplio de la palabra.
Con base en la propuesta de Simon Sinek, el reconocido autor y orador creador del “Golden Circle”, compartimos tres aspectos que nos parecen determinantes para convertirnos en un líder que inspira y motiva a otros.
Siempre tener claro el propósito
Según Sinek, los líderes inspiradores son aquellos que tienen una conexión profunda con el propósito de su organización. No se centran únicamente en lo que hacen o cómo lo hacen, sino en por qué lo hacen. Esto permite que el equipo se sienta parte de algo más grande, generando un sentido de pertenencia y compromiso.
Inspirar confianza y seguridad
Sin confianza en un líder, el equipo -y la organización- no tiene un rumbo sólido. Los líderes inspiradores son transparentes, honestos y consistentes en sus acciones; fomentan un entorno donde todos se sienten seguros para expresar ideas, tomar riesgos para emprender acciones y aprender de los errores cuando se presentan.
Rodearse de personas que comparten sus sueños
Cuando una persona cree en el proyecto, y en el líder, entrega todo para cumplir el objetivo. Se prepara, lucha y defiende el propósito hasta la última consecuencia, y sabe que el líder va a hacer lo mismo. Van juntos, de la mano, por el mismo logro. Sumar al equipo a miembros que crean en el propósito y se entreguen a él, es sin duda el mayor activo que podemos buscar.
Un líder inspira porque cree en él mismo, en la organización y su propósito, y en la gente que lo rodea. Y eso debe transmitirlo a sus colaboradores, siempre. Transmitir confianza, escuchar, ser empático y soñar juntos. Sueños reales, alcanzables, pero que representen un reto para todos.